La sexualidad es algo tan hermoso y único que ocasionalmente, debido a tabúes y mitos, puede verse empañado, haciéndonos sentir que disfrutar de esta parte de nuestra vida es algo negativo. Sin embargo, también hay que aceptar que la desinformación sobre este tema es extensa y afecta a muchas mujeres, impidiendo que vivan esta experiencia como algo plenamente hermoso, divertido y único.
Dicho lo anterior, es claro que para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, la salud sexual es esencial para nuestro bienestar general; esto abarca el respeto, el consentimiento y el placer en nuestras relaciones íntimas, así como el conocimiento y cuidado de nuestro propio cuerpo, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la promoción de la igualdad de género.
Abordemos este tema con amor y comprensión, entendiendo que la "salud sexual" es una parte integral de nuestra vida; y juntas, exploremos cómo podemos cuidarla y celebrarla.
¿Qué es la salud sexual?
Bueno, como hemos dicho al inicio de este espacio, la salud sexual es fundamental en toda mujer para disfrutar al máximo de su vida activa, pero, ¿realmente conocemos qué es?
Se trata de un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad; no se limita a la ausencia de enfermedades o disfunciones, sino que incluye el respeto, la seguridad y el placer en las relaciones sexuales. Algo que muchas chicas confunden, pues creen que solo aborda temas como enfermedades sexuales y descuidan este aspecto al pensar que no lo necesitan.
En pocas palabras, es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad.
La verdad sobre la salud sexual
La salud sexual es una parte esencial de nuestro bienestar total, influyendo en cada aspecto de nuestra vida: físico, mental, emocional y social. Durante mucho tiempo, ha estado envuelta en mitos y juicios perjudiciales, como "esa chica se acostó con dos, es una fácil" o "esa chica usó condón, eso es un pecado"; estos comentarios, aunque puedan parecer insignificantes, pueden hacernos dudar de nosotras mismas. Es crucial recordar que nuestra salud sexual merece respeto y comprensión; nadie tiene el derecho de hacernos sentir mal por cuidarnos y disfrutar de nuestra vida de manera plena y segura.
Cada elección que hacemos en cuanto a nuestra salud sexual es personal y válida, y lo más importante es que nos sintamos bien con nosotras mismas.
Hoy, gracias a los avances en nuestra sociedad, tenemos acceso a más información y comprensión, lo que nos permite adoptar hábitos sexuales saludables con confianza. Ahora, abordamos este tema con el respeto que merece, con el propósito de prevenir situaciones indeseadas como embarazos no planeados, enfermedades de transmisión sexual, discriminación, acoso y violencia de género. Es crucial prevenir, informar y, sobre todo, hacer que ninguna mujer se sienta menos por disfrutar de su sexualidad. Es algo hermoso que merece ser vivido sin juicios ni sentimientos de inferioridad.
Tabúes y mitos respecto a la salud sexual
Sí, como dijimos arriba, hemos avanzado mucho, pero la realidad es que todavía muchas mujeres se enfrentan a estos mitos y tabúes que, si avanzamos un paso, nos retroceden dos. Estos, a menudo basados en la desinformación, pueden generar miedo, inseguridades y malentendidos.
Uno de los tabúes más importantes en la sexualidad es que el deseo físico del cuerpo de tener sexo motiva la actividad sexual, llevando a la excitación y al orgasmo. El deseo físico no siempre impulsa la actividad sexual, especialmente para muchas mujeres, sobre todo las mayores de 40 años o que han pasado por la menopausia; para ellas, la motivación puede ser más sobre sentirse conectadas con su pareja o expresar sus sentimientos.
La verdad es que como este pensamiento hay muchos otros, y lo que podemos decirte es que cada persona vive la satisfacción sexual de manera única, influenciada por la relación, la autoestima, la salud y las creencias.
La salud sexual es un aspecto natural de nuestras vidas, y hablar abiertamente sobre ella no solo ayuda a desmentir creencias erróneas, sino que también fortalece nuestras relaciones y nuestro bienestar emocional.
¿Cómo cuidar de nuestra sexualidad?
- Amor propio: antes de compartir nuestra sexualidad con alguien, es fundamental conocernos a nosotras mismas. Entender cada rincón de nuestro cuerpo, nuestros gustos y aversiones nos guía para elegir a la persona adecuada con quien compartir momentos tan especiales y profundos.
- Comunicación abierta: hablar con nuestra pareja, amante o amigo es esencial para fortalecer la relación y nuestra salud sexual. Vamos a abrir nuestros corazones y compartir lo que nos gusta, lo que no, y cómo nos gustaría vivir el romance; escuchar y estar dispuestas a comprender las peticiones del otro también es clave para un vínculo más profundo.
- Tiempo de relajación: dedicar un momento para respirar profundamente, relajar nuestros músculos y practicar mindfulness puede hacer maravillas para reducir el estrés y despertar nuestro deseo sexual. Regalémonos ese tiempo de tranquilidad y autocuidado.
- Prácticas de sexo seguro: mantener una higiene íntima diaria y usar métodos anticonceptivos son actos de amor propio y hacia nuestra pareja. Estos pasos sencillos y seguros nos ayudan a disfrutar plenamente de nuestras relaciones, protegiéndonos de posibles sorpresas no deseadas.
- Consulta médica: si encontramos dificultades relacionadas con nuestra sexualidad, hablar con un médico es un gesto de autocuidado. Ellos nos ofrecerán el diagnóstico y tratamiento adecuados para nuestro bienestar, ayudándonos a sentirnos mejor.
- Revisiones periódicas: las visitas regulares al ginecólogo son como un abrazo cariñoso para nuestro cuerpo. Nos permiten detectar a tiempo cualquier problema y mantener nuestra salud en óptimas condiciones.
- Dieta y ejercicio: cuidar de nuestra alimentación y mantenernos activas no solo nos hace sentir y vernos bien, sino que también ayuda a mantener un sistema hormonal saludable y reduce el estrés, lo que puede elevar nuestro libido.
- Respetemos el consentimiento: cada experiencia sexual debe ser consensuada y respetuosa. El consentimiento mutuo y claro en todo momento es la base de una relación sana y amorosa.
- Cuidemos nuestro bienestar emocional: la salud sexual también incluye nuestro bienestar emocional. Si enfrentamos estrés, ansiedad o problemas relacionados con la sexualidad, buscar apoyo es un acto valiente y necesario.
- Exploremos nuestras preferencias: conocer y entender nuestros deseos y límites nos ayuda a comunicarnos mejor con nuestra pareja, enriqueciendo así nuestras experiencias íntimas.
- Sigamos educándonos: la sexualidad evoluciona con el tiempo, y seguir aprendiendo sobre ella nos permite adaptar nuestras prácticas y mantener una vida sexual saludable y satisfactoria.
La sexualidad es una expresión de nuestra esencia, algo tan hermoso y único que no tiene comparación; es una necesidad natural que merece ser celebrada con orgullo, sin vergüenza ni miedo. Por ello, cada 4 de septiembre, desde el 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (AMSS) nos invita a reflexionar y avanzar en este tema, estableciendo el Día Mundial de la Salud Sexual. Este día es un recordatorio amoroso de que la sexualidad es un aspecto fundamental de nuestro ser, un elemento de la salud reproductiva que todas merecemos disfrutar de manera plena, saludable y segura.