El miedo, la incertidumbre, la frustración, el desconocimiento, las dudas, cuantas cosas no se vienen a la cabeza después de terminar una relación de tantos años, y aunque muchas personas no puedan comprenderlo, tú sabes que ese dolor está ahí y claro que es normal, somos personas y parte de ello es tener sentimientos. Es un proceso largo, y tal vez un poco doloroso, pero recuerda que siempre hay luz detrás de un túnel largo, así que no temas, encontrarás el camino que te guíe a ese brillo que alguna vez tuviste, y si requieres de un empujón extra, tienes a Maja, que siempre estará aquí para apoyarte. Así que caminemos juntas hacia ese escenario lleno de luz, felicidad, alegría, qué unidas lo lograremos.
Comprendemos completamente cómo te sientes, todas hemos estado en ese lugar y no debes culparte por ello. Es un proceso que debes atravesar y, aunque pueda ser doloroso, es necesario enfrentarlo en algún momento. ¿Es justo? Tal vez sí, tal vez no, pero no te tortures con esas preguntas. El primer paso para avanzar es que elimines esas dudas que tanto daño te hacen. Sabemos que piensas que pudiste hacer las cosas diferentes, pero eso solo es parte de tu imaginación, las cosas ya pasaron, enfócate en lo que puedes controlar y no en lo que ya no se puede cambiar.
Es importante que comprendas que experimentarás tanto días buenos como días malos durante este proceso; habrá momentos en los que te sentirás renovada, irradiando luz y alegría al salir a la calle, pero también habrá momentos difíciles donde los recuerdos vendrán a ti, sin embargo, quiero recalcar que esto es completamente normal. De hecho, después de una ruptura amorosa, es común pasar por etapas bien conocidas como la ira, la negación, la negociación e incluso la depresión, pero no te preocupes, la última etapa es la aceptación, pero hay que trabajar mucho en ti para llegar hasta ahí.
No debes sentir vergüenza por tu situación, es normal que tengas miedo de ser juzgada ya que siempre habrá personas que hablarán y cuestionarán tus decisiones. Algunos podrían decir que deberías haber terminado la relación antes, o que luchaste demasiado o no lo suficiente, pero recuerda, las palabras existirán y es algo que tampoco puedes controlar, lo que sí puedes controlar es cómo te afectan. Mantén la cabeza en alto y no te avergüences de hablar y contar tu historia, si te juzgan o no, eso no es tu problema.
Pero sabemos que a veces las palabras no son suficientes para recuperar esa fuerza, por eso, te dejaremos a continuación algunos tips que te pueden ser de mucha ayuda durante este proceso:
Trabaja tu autoestima: una ruptura amorosa puede generar sentimientos de rechazo y dudas sobre tu valía personal, por eso es importante que trabajes en tu autoestima, pues eso te va a permitir reconstruir tu confianza y tu autovaloración, para superar ese dolor y poder volver a amarte a ti misma.
Acepta la situación: como mencionamos al principio, parte importante de mejorar es aceptar la situación. Acepta que la relación ha llegado a su fin y que las cosas sucedieron como sucedieron; no te engañes a ti misma diciendo que no amaste o que no experimentaste momentos hermosos. Es importante que aceptes tanto lo bueno como lo malo que formó parte de ese vínculo, ya que al final del día, esa experiencia es parte de tu historia personal.
Llora: no te detengas, permite que las lágrimas fluyan si así lo sientes; no reprimas tus emociones, no te fuerces a ser fuerte. Sentir es parte esencial de quién eres, y al cuestionar tus propias creencias te estás abandonando por completo.
No te victimices: aunque pueda sonar duro, es cierto; seguir victimizándote solo te debilitará, compadecerte de tu situación solo te llevará por un camino sin salida. Si no estás satisfecha con cómo te ves en este momento, ten el coraje de cambiar tu forma de pensar para alcanzar la situación que deseas.
Amistades: convivir, salir, divertirte es una gran manera de que tu corazón vuelva a brillar. Busca a tus amigas, reconéctate con ellas, pues el amor de una amistad verdadera es el mejor remedio ante el dolor.
Sigue adelante: no te detengas, no dejes de hacer las cosas con el pretexto de “estoy triste”. Ten la valentía de salir adelante, de hacer las cosas aunque tu mente no quiera hacerlas. Esto será un gran escaparate para mirar hacia adelante y ver que hay un camino después de una ruptura.
Además, puedes empezar a explorar nuevas actividades, como hacer ejercicio, tomar cursos o involucrarte en alguna actividad que te interese. Hay muchas opciones, lo importante es no permitir que el dolor se apodere de ti ni te impida seguir adelante en tu camino.
Busca la parte buena: en cada situación de esta vida hay cosas que, aunque parezcan muy malas, tienen algo positivo. Busca esa parte buena, haz que este trago amargo valga la pena y sácale provecho, verás que si escarbas muy profundo encontrarás cosas rescatables.
Pide ayuda: no te avergüences de pedir ayuda, no tienes que pasar esto sola, las personas que realmente te quieran sabrán apoyarte sin juzgar o preguntar de más. Recuerda que siempre un empujón será de mucha ayuda para levantarte más pronto.
Como has notado, lo que estás experimentando es completamente normal; es un proceso que necesitas atravesar, pero una vez que lo superes, la vida adquirirá una belleza renovada. Ten paciencia, porque lo mejor está por venir. Además, recuerda que amar es liberar, no poseer. Al liberarte de esa persona, estarás demostrando un amor tanto hacia esa persona como hacia ti misma.